martes, 31 de diciembre de 2019

Hermanos, quiero que sepan porque no conviene celebrar la Noche Vieja. La razón es porque es una celebración de origen pagana impregnada de supersticiones de todo tipo.


Hermanos, quiero que sepan porque no conviene a los santos celebrar la Noche Vieja. La razón es porque es una celebración de origen pagana impregnada de supersticiones de todo tipo.Y luego, porque es una de las obras infructuosas de las tinieblas, y nosotros estamos llamados a no participar con ellas, como está escrito: “No seáis, pues, partícipes con ellos Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad), comprobando lo que es agradable al Señor. Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas” (Efesios 5:7-11).

De hecho nosotros, como discípulos de Cristo, no debemos conducirnos como los otros gentiles, como está escrito: “Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza” (Efesios 4:17-19).

A continuación voy a transcribir algunas noticias (que se encuentran en Internet) sobre el origen del nuevo año y las principales supersticiones a él conectadas, para que se den cuenta de su carácter pagano, y también ustedes se abstengan de él.

La fiesta de Año Nuevo se remonta al dios romano Jano. En el siglo VII los paganos de Flandes, seguidores de los druidas, tenían la costumbre de celebrar el cambio de año. Esta adoración pagana fue deplorada por un tal Eloy de Noyon (aproximadamente 588-660) – un alto funcionario de la corte de los reyes merovingios, que es venerado como santo por la Iglesia Católica Romana – que reprendió al pueblo de Flandes diciéndoles: ‘Ninguno de ustedes en el día de Año Nuevo haga impías bufonerias como ir disfrazados de vaquillas o ciervos, o haga bromas y juegos, y no esté en la mesa toda la noche ni siga la costumbre de tarjetas de regalo o libaciones excesivas. Ningún cristiano crea en esas mujeres que hacen sus sortilegios con el fuego, ni se sienta en un cántico, porque es diabólico’. Para los de Babilonia el nuevo año comenzaba con el renacimiento de la Tierra, es decir, con la primavera.

He ahí como se ha llegado a celebrar el Año Nuevo el 1 de enero: fue Julio César, en el año 46 antes de Cristo, que creó el ‘calendario juliano’, que declaraba que el nuevo año comenzaba el 1 de enero. El 1 de enero, los Romanos solían invitar a amigos a cenar y compartir el don de un jarrón blanco con miel, dátiles e higos, todo ello acompañado de ramitas de laurel, dichas estrenas como un deseo para la buena fortuna y la felicidad. El nombre estrena venía del hecho de que las ramas eran despegadas por un bosque de la calle sagrada a una diosa de origen sabina: Strenia, que tenía un espacio verde dedicado a ella en el monte Velia. La diosa era el portador de la buena fortuna y la felicidad; la palabra latina “estrena”, presagio de la suerte, probablemente se deriva precisamente de la diosa. En la Edad Media la mayoría de los países europeos utilizaban el Calendario Juliano, pero había una gran variedad de fechas que indicaban el momento inicial del año. Estas incluyen, por ejemplo, 1 de marzo (el Año Nuevo en la Roma republicana), 25 de marzo (Anunciación del Señor) o el 25 de diciembre (Navidad). Sólo con la adopción universal del calendario gregoriano (del nombre de Papa Gregorio XIII, quien lo ideó en 1582), la fecha de 1 de enero como el comienzo del año, finalmente se convirtió en común.

– Lentejas a la medianoche. Uno de los rituales más populares en toda Italia es comer lentejas en el filo de la medianoche del 31 de diciembre. Esta costumbre – de acuerdo a la superstición – favorece la abundancia y la riqueza: los legumbres, de hecho, se consideran un alimento que puede nutrir y oponerse a la final de los tiempos, en vista de una generación de perspectivas viables para el futuro.

– Los petardos de Año Nuevo. También los ‘petardos’ son la manifestación de la voluntad de alejar las fuerzas del mal y los espíritus malignos que se desencadenan en un momento de transición de lo viejo a lo nuevo año, desde el final hasta el principio de los tiempos. Es cierto que para muchos hoy en día los ‘petardos’ representan también alegría por la llegada del nuevo año, pero siguen siendo de origen pagano y luego es dinero malgastado.

– Lanzar los cascos a la medianoche. La costumbre más utilizada como rito de eliminación del mal físico y moral que se ha acumulado en el año pasado es lanzar los cascos a la medianoche. Esta costumbre se ha extendido a diferentes partes de Italia y todavía permanece en las grandes ciudades como Nápoles y Roma. También en este caso,  se nos encuentra en frente de una superstición.

– Desechar las cosas viejas. Es una señal de cambio, para los paganos, con la llegada del nuevo año es un buen augurio desechar las cosas viejas.

– Comer pasas. La tradición cuenta que, además de las lentejas también la opción de comer pasa durante la víspera de Año Nuevo trae un montón de dinero en el nuevo año. Otra superstición que rechazamos entonces.

– La primera persona que se encuentra en la calle. Al filo de la medianoche es importante la primera persona que se encuentra en la calle, porque de acuerdo a los supersticiosos es buen augurio encontrarse con un viejo o un jorobado, pero si se encuentra un niño o un sacerdote se tendrá desgracia.

– Besarse bajo el muérdago. Otra tradición todavía muy seguida es la de besarse bajo el muérdago en signo auspicioso. A media noche, como un brindis especial, besarse bajo el muérdago con su ser querido se le llevará amor todo el año. El muérdago – de acuerdo a los supersticiosos – es una planta que da prolificidad auspiciosa tanto material como espiritual. Sagrado a los pueblos antiguos, los druidas lo utilizaban en ceremonias sagradas y celebraciones de purificación, mientras que los celtas creían que este arbusto naciese donde un rayo había caído y que una bebida especial compuesta de esta planta fuese un poderoso elixir contra la esterilidad.

– Vestir ropa interior roja. La tradición italiana también sigue la costumbre de vestirse ropa interior roja en Nochevieja. Es una manera de atraer a los buenos auspicios para el año nuevo. Así que para la cena es una obligación ponerse ropa interior roja, tanto para los hombres como para las mujeres. Los antiguos Romanos lo usaban como símbolo de sangre y guerra para alejar el miedo. Hoy en día se ha convertido en un auspicio de buena suerte para el nuevo año. Estas son otras mentiras, generadas por el diablo, que debemos rechazar.

Después de esta serie de informaciones relativas al nuevo año, no se puede que estar de acuerdo con Pablo que los paganos andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón. ¿Por lo tanto, nosotros que somos luz en el Señor, andaremos en los caminos tenebrosos y tortuosos de los paganos? En ninguna manera.

Quien tiene oídos para oír, oiga



No hay comentarios:

Publicar un comentario